LA ESCRITURA ES LA PINTURA DE LA
VOZ.
Voltaire (1694-1778)
Escríbeme, con tinta de violetas, en un papel de amor olor ausencia[1]
(…) ; increíblemente al leer esta estrofa cada uno evoca algo diferente,
que pueden ser, imágenes, sentimientos, colores, aromas… probablemente suceda
lo anticipado por Voltaire: es la pintura de la voz. Un primer supuesto es que
la escritura parte de nosotros mismos, de lo que somos y como la hemos
aprehendido; refleja nuestra subjetividad y hace posible que nos expresemos,
que exterioricemos nuestra voluntad respecto a algo.
Pablo Kreimer, Investigador del
CONICET y docente Universitario, al respecto de la ciencia sostiene que existe
una construcción social del conocimiento que exterioriza cierta voluntad de
poder. Considerando que, un importante soporte para la comunicación de los
hallazgos científicos, es la comunicación escrita; resulta necesario remitirnos
al origen de la escritura para entender las necesidades humanas que la
originaron. Ciertamente la escritura apareció como poder en términos de
capacidad, fueron los sumerios quienes gracias a la modificación del sistema de
riego, incrementaron la producción agrícola y pasaron a almacenar granos en
silos; esta novedad que surge del poder de la transformación humana, puso en
evidencia una necesidad: la de contar con un sistema que permitiera registrar.
Luego los fenicios crearon la primera escritura fonética, que finalmente seria
adoptada por los griegos, quienes le anexan vocales, inventando así la
escritura alfabética tal como la conocemos nosotros.
Fue la agricultura la que generó
la necesidad de materializar un sistema de registro escrito que amplíe el oral,
sirvió para aliviar la memoria de las personas y colectiva, relajarla y ampliar
la seguridad de que lo que conocemos hoy puede transmitirse a otras
generaciones no solo por el relato oral.
Entonces, la escritura es tecnología de la palabra (Walter Ong),
es un código o sistema de signos gráficos
que nos permiten representar visualmente un enunciado[2].
Es una de las tecnologías de la expresión y la comunicación más antiguas, que
emplea recursos, materiales y herramientas internas (sinapsis) y externas al cuerpo humano (manos, piernas,
boca, contacto visual[3]).
Es un sistema de memoria
artificial que auxilia la memoria biológica favoreciendo la conservación del
conocimiento y el despegue de la creatividad humana; también es una herramienta
de desarrollo cultural, de dominación y control de unos pueblos sobre otros; Eduardo
Galeano lo ejemplifica en un relato (…)
vinieron, ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron:
“cierren los ojos y recen”. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y
nosotros teníamos la Biblia (…)[4]
Por tratarse de una tecnología
tan preciada, requiere de un aprendizaje, que tradicionalmente se ha canalizado
en instituciones como Iglesias y posteriormente escuelas, dotando a la figura
del docente con capacidad de escribir y producir.
La alternancia sostiene que una vía
de aprendizaje es la acción- reflexión; ejercitaremos ambas para comprender,
por un lado la artificialidad de la escritura. Es decir, la posibilidad que
ofrece, en tanto tecnología de la palabra de capturarla, separar la palabra de
la comunicación oral y fijarla en una superficie. Este aprisionamiento es
justamente el que nos permite hacer perdurar la palabra, las ideas,
sentimientos, explicaciones, narraciones, teorías, hace posible una
comunicación diferida y a distancia; que alterna tiempos de lectura con tiempos
de revisión, modificación, agregados, cuestionamientos, simplificaciones…. Por
todo esto Walter Ong va a decir que la escritura reestructuró nuestra
conciencia, ya que a fuerza del uso hemos terminado transformando nuestra mente
a lo largo de la historia para que realice operaciones inimaginables de otro
modo.
Ahora bien, ¿Por qué y para que
escribimos los docentes?,¿cómo lo hacemos? ¿Quiénes leen lo que escribimos?...¿
escribimos?..
Vayamos por parte, la
comunicación oral o verbal se retroalimenta desde el contacto directo y tiene
requerimientos diferentes, en cambio la comunicación escrita requiere mayores
esfuerzos por la riqueza léxica y sintaxis compleja que tiene nuestra lengua.
Las ventajas más reconocidas de la escritura: cuando escribimos tenemos tiempo
para pensar en lo que queremos transmitir y como lo queremos decir, podemos
elegir palabras adecuadas, anticipar qué impacto tendrá sobre quien/es leen;
elaborar un hilo conductor para el escrito; revisar lo que enunciamos,
corregir, sobrescribir, tachar, agregar, simplificar. En fin, tenemos la
posibilidad de controlar nuestro propio discurso y es importante visualizar que
lo que no organizamos, lo que no escribimos, lo perdemos.
¿Qué tan habitual es para
nosotros en la docencia la escritura? Si es una acción frecuente ya la hemos
incorporado y automatizado, al punto que tenemos rituales propios para escribir
– elegir un momento, escuchar música, emplear biromes de cierto color o pluma,
tener un lugar específico donde sentimos que las ideas fluyen, cuál es tu
ritual?- y tenemos incorporados estos hábitos al guion de nuestra memoria. En cambio si la escritura es para nosotros
una cuestión pendiente en lo que respecta a hábitos propios del quehacer
docente, contar con instrucciones para hacerlo puede redundar en el ejercicio
de la usanza.
La escritura académica es un
género que se desprende de una práctica social, la educación. Dentro de este
género reconocemos estructuras textuales distintas y complementarias:
1. Estructura
narrativa: estos textos se caracterizan por su trama temporal- causal; es decir
porque refieren a hechos o acciones ordenados temporal o causalmente. La forma
más clásica de narrar, es partir de una situación inicial o introducción, el
desarrollo de lo que pasa, y el desenlace. Esquemáticamente podríamos graficar
como principio, desarrollo y fin. Y es la primera estructura que incorporamos
en nuestra memoria gracias a las narraciones, los cuentos, lecturas, historias
provistas por el entorno cultural.
2. Estructura
descriptiva: estos textos presentan las características o propiedades de un
objeto, animado o inanimado, siguiendo un orden espacial. Si bien esta
tipología la incorporamos desde niños, es más compleja que la narración, porque
exige un nivel de abstracción o elaboración mayor. Nos imaginamos que este tipo
de textos son los que usan prioritariamente los compañeros del campo de la
formación técnica, por el tipo de contenidos que transmiten desde sus espacios
curriculares. Ustedes que piensan?
3. Estructura
explicativa: estos textos tienen una estructura de pregunta, respuesta o
problema, solución. La pregunta puede no ser explicita, sin embargo la
explicación siempre parte de una pregunta: ¿Por qué? Lo importante es tener
claro que el fin de la explicación siempre es hacer comprensible algo. Como
transmitimos lo que queremos explicar? ¿Qué papel juegan los ejemplos en textos
de este tipo? Vale reflexionar respecto a la importancia que adquiere para la
transposición didáctica tomar conciencia de las palabras, gráficos, imágenes,
ejemplos, preguntas, selección bibliográfica que hacemos para explicar algo.
4. Estructura
argumentativa: este tipo de textos se ocupan de fundamentar o sostener un punto
de vista o una posición frente a un hecho determinado. A diferencia de los
textos explicativos, aquí se defiende una explicación, entre otras posibles, de
un hecho. No busca la comprensión, sino más bien la persuasión o convencimiento
de que lo que transmito es aceptable.
Cada uno de estos tipos textuales
nos ayudan a organizar la información, facilitando de este modo tanto la
comprensión como la producción de textos; los usamos de modo combinado y forman
parte de los códigos que nos hacen sentir capaces de producir textos. De
sentirnos escritores, porque estamos
hechos de historias, la palabra y la escritura nos transitan.
[1]
Los Nocheros, escríbeme una carta. La Moro, Mario Teruel y Eduardo Vera
[2] Alvarado,
M. Yeannotegui,A (2005) La escritura y
sus formas discursivas. Curso introductorio. Buenos Aires. EUDEBA
[3] El astrofísico británico Stephen Hawking, que sufre una
enfermedad degenerativa, ya sólo puede comunicarse accionando los músculos
faciales mediante el parpadeo. El científico ha tenido que recurrir a una nueva computadora de rayos
infrarrojos para comunicarse.
Ver mas en http://www.elmundo.es/elmundo/2005/09/04/ciencia/1125847925.html
[4]
Galeano Eduardo, 1940-2015. http://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2015/04/150413_eduardo_galeano_frases_celebres_irm
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